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Opino, luego existo…

01.07.2019

No me tengan en cuenta, es una reflexión en "voz alta", carente de intención más allá de alentar, animar y compartir con los que me piden opinión y para que generemos sano debate.


Por mi experiencia personal, y créanme que es mucha, recojo el estado de ánimo del sector dron y la animadversión que en nuestros pilotos profesionales y recreativos existe incluso cinco años después de nuestra primera ley.

¿Qué está pasando?, ¿Cómo lo solucionamos?, ¿Cuándo veremos las inversiones, económicas y personales, que nuestras empresas y profesionales han hecho, dar sus frutos?...

Parece que las respuestas se acumulan en un cajón hermético, y aunque yo soy de ver "el vaso medio lleno", a veces, desespero.

Los datos económicos previstos para el sector son alentadores; las demandas sociales y empresariales para la incorporación de estas "herramientas" aumentan día a día; la Comisión Europea y la Administración Pública regulan y publican "hojas de ruta" prometedoras; los fabricantes, centros de investigación y el propio mercado, ofrecen respuestas técnicas testeadas y fiables; las soluciones que demuestran ahorro económico, incremento en la producción y sobre todo, seguridad laboral, justifican el uso de drones, pero, todavía no arrancamos.

Me pregunto: ¿El problema es la privacidad?, me respondo, no necesariamente. Si este fuese el problema a nivel global, las cámaras en los móviles estarían prohibidas.

La propia Normativa sobre honor e intimidad, la AEPD y la CE a través de la LOPD y el RGPD, ya regulan el uso de las imágenes "al margen del dispositivo que las capture", y no por eso la televisión, los medios audiovisuales ni las RRSS, han cerrado.

Me pregunto: ¿Es por una cuestión de seguridad aérea?, me respondo, no necesariamente. Aunque podamos configurar zonas tridimensionales de afección a los CTRs, que permitan volar más bajo cuanto más próximo estemos de un aeropuerto en un futuro cercano, a día de hoy, el 95% (me atrevería a decir) de las operaciones que se "pretenden" dentro de espacio aéreo controlado (la mayoría de nuestras grandes ciudades), o no entrañan ni siquiera riesgo medio o son coordinadas por las torres de control mediante los procedimientos de autorización que están rebajando sus "plazos" de manera considerable y adaptándose a las necesidades.

Las grúas en las construcciones, los ULMs, los fuegos artificiales, el balizamiento de tendidos eléctricos o edificios, etc... ya han solventado el tema de la "injerencia" en el EAC, y la "sociedad aeronáutica" convive con ello. Cualquier vuelo en aproximación a LEMD Adolfo Suarez Madrid-Barajas, tendrá "otros problemas más graves" si sobrevuela la Catedral de la Almudena por debajo de 400 Ft, que la interferencia con un MAVIC de 430 gr., haciendo fotos de una boda. No quisiera que esto se sacase de contexto, como persona, como piloto de aviones, helicópteros y drones, como profesional y experto del sector, dedico mucho tiempo a "instruir" sobre el peligro del uso de drones en zona de vuelo de aeronaves tripuladas a baja altura, pero dicho esto, ¿Se nos va la pinza a veces? (sin querer frivolizar).

Me pregunto: ¿El problema son nuestras operadoras?, me respondo, no necesariamente. Como empresario y partícipe de este sector, conozco de todo "como en botica", pero me atrevo a asegurar por experiencia, que algunas de nuestras empresas están operando fuera de España y lo están haciendo bien, la formación puede ser escasa en origen, pero realmente la empresa se está preocupando en la mayoría de los casos de "no poner en manos de cualquiera" una inversión y una responsabilidad importante. La 18/2014 y el R.D. 1036/17 hablaban de Declaración Responsable y quizá, ese término legal que aduce a "ser adulto" y autogestionar los recursos en pro de la seguridad y los buenos resultados, no sea descabellado ampliarlo. No creo que nadie quiera tener accidentes o estrellar un camión de 100.000 €uros a manos de un "conductor novel", una conducción temeraria o un desconocimiento de la norma de tráfico y circulación, y no por eso los camiones están parados, o los conductores se "hinchan" a hacer cursos y papeles, antes de tocar "la rosca" por una carretera llena de otros vehículos.

Me pregunto: ¿Una tecnología basada en frecuencias de uso común, es insegura?, me respondo, no necesariamente. Es fundamental el entorno, la coordinación y la seguridad en todos los supuestos, los anteriores, en este y los que me queden por hacer, pero..., hay que ser conscientes de que el uso de las frecuencias "populares/abiertas" es tan habitual y seguirá siéndolo (mientras la cuántica no se ponga de moda), que a la vez que plantea un problema, nos permite vivir constantemente con mil soluciones que los fabricantes ya aportan. Soluciones mejorables, seguro, pero en alto porcentaje eficientes y que podrían justificar "en determinadas situaciones" la incompatibilidad con la operación, pero que en otras no son, ni si quiera, reseñables.

Por esa regla de tres, y aunque no hablemos de frecuencias comunes, si no de frecuencias de uso exclusivo o dedicado, mucho menos saturadas, encriptadas, bastionadas o "fiables", recordemos que "están en el aire" y son vulnerables, interceptables y por ende, carentes del calificativo pleno de "seguras al 100%".

En cuanto a la ciberseguridad, el uso delictivo, malintencionado e incluso el temido terrorismo, me consta que son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las Policías Autonómicas, Locales y Municipales, quienes hacen una gran labor y aparte del "desconocimiento" de la ciudadanía de estas actividades, no debemos ni podemos valorar el empuje del sector por su potencial "mal uso".

Me gustaría ver, al igual que ya pasa entre las policías de nuestro país, como las administraciones locales, asumen su importancia en el control operativo y a demanda de ellas, Fomento, AESA o quien competa, les otorgue las responsabilidades de ámbito municipal que puedan generar operaciones empresariales, empleo, usos sociales y humanitarios.

Creo que poco a poco, con la dedicación de la AESA, los ANSP, los fabricantes y los operadores, pronto, muy pronto, veremos drones volando de manera habitual. Existe una gran presión sectorial y empresarial, una clara apuesta de la Administración, y una necesidad social de integrar drones en la vida de los ciudadanos.

Para terminar, y estando acostumbrado a lo "categórico" que todo suena en nuestros días al menor comentario, retocaré un poco la famosa frase atribuida a Groucho Marx y diré: "Esta es mi opinión, si no les gusta... tengo otra".

Un saludo.