es

La Realidad Virtual llega para salvar vidas.

06.11.2018

En el marco de la celebración del V Congreso de Prevención de Riesgos Laborales de la Comunidad de Madrid, hemos podido asistir al esfuerzo por la implementación tecnológica que este sector está haciendo.


Reseña obligada es mencionar la intervención sobre drones que se hizo, lo "claro que todos tenemos" que dicha herramienta estará muy presente en labores de prevención y, a la vez, lo que a las operadoras atañe sobre cumplimiento de las medidas de protección al respecto de su uso, pero eso lo trataré en otro artículo. En este punto mencionar honorablemente a Miguel Ángel de la Cruz Molina, Director General Ampell Consultores por su ponencia y clarificadora visión al respecto.

Pero hoy no serán los drones los protagonistas de mis pensamientos, otra tecnología disruptiva centrará mi atención, la realidad virtual.

Durante la primera de las 2 jornadas que ocuparon el Congreso de PRL de la CAM, tuve la ocasión de participar en una de las demostraciones que, al hilo de las nuevas tecnologías, se están incorporando al mundo de la prevención.

Al hilo de esto y para centrar mi "post", de la mano de Gabriel César Jiménez de la empresa GA Consultores, todos los presentes tuvieron la oportunidad de vivir en segunda persona una experiencia inmersiva que, encaminada a dotar de realismo nuestra actividad profesional en los escenarios más peligrosos, asegura nuestra integridad e incrementa a la vez nuestro conocimiento.

Digo bien cuando me refiero al público en segunda persona, pues el encargado de "vestirse" para la ocasión y hacer las veces de "dummy" fui yo.

Asistir a una demostración, y créanme que ya son muchas, pocas veces me ha resultado tan "sorprendente", en realidad incluso preocupante ante las posibilidades que se abren a mi entender. Ahora vienen a mi mente películas de ciencia ficción como: "Los Sustitutos", "Matrix" o la más moderna "Ready Player One", donde la civilización (por decir algo) de carne y hueso, abandona sus vidas reales para sumirse en el tecnológico letargo de las sensaciones virtuales: aspecto físico, interrelación, sueños, vicios, lujos o secretos ocultos.... ¡Uhhhhhh se me eriza el vello! (yo, pelo, casi no uso) ....

... ¿Por dónde iba?, ah sí, prevención, ¡Antonio céntrate!

Pues eso, de la mano de Gabriel César y del buen hacer de GA Consultores, en un instante me vi (y me vieron) teletransportado a un edificio de oficinas, donde solo faltaba el olor a café y papel recalentado por el tóner, en él, me invitaban a recorrer y conocer todo lo que allí había, mesas, sillas, archivadores, papeleras, puertas, extintores, etc..., para una vez que me sentí cómodo, prender fuego a una papelera.

Una papelera ardiendo no es el "Coloso en llamas", (ya puestos, usemos más referencias filmográficas), pero poco a poco se le va pareciendo. No saber que hacer primero, tomar decisiones sobre el pulsador de alarma, un extintor de agua o uno de espuma o mejor uno de polvo, ¡yo que sé!, he venido por el café y me veo en este lio. Pilla el "chisme", quita la anilla, coge la boquilla y agarra el gatillo, ¡así no, sujeta fuerte!, parece pesarme en las manos, las llamas crecen, el crepitar y el humo acompañan el extenderse de las llamas. El abrigo de Amparo la de personal, que es de Soria y un poco siesa, aunque bonito, resulta que es barato, barato y prende que da gusto, la cosa se complica, tropezón con la silla de Fermín, el pobre que se jubila la semana que viene y al que el fuego ha pillado en el retrete con lo pantalones por.... por si fuera poco, esto ya se parece más a "Fahrenheit 451" que a Trafullosa S.A. y, claro, Fermín, no creo que se jubile. ¡No eres un héroe! Ni siquiera cobarde a medias, eres un jodido gallina y como no te pires mañana estarás como un muslito del KFC. Pies para que os quiero, el humo ya me ciega, casi puedo olerlo (creo percibirlo por el estrés y la adrenalina), desde luego lo oigo, lo veo brillar muy de cerca y siento como todo a mi paso, acompaña al abrigo de Amparo como si fuese el mismísimo incendio del Windsor de Madrid....

Me abalanzo sobre la puerta después de dudar cual de todas era la de emergencia, las voces me retumban en los oídos y ni siquiera miro el cartel con la flecha de salida de emergencia, de chiripa acierto y vuelo bajando escaleras como el mismísimo "Forrest Gump" hacía el punto de encuentro en la calle.... ¡Me he salvado!, Amparo y Fermín ya es otra cosa.

Por cierto, imaginad el espectáculo de verme con los dispositivos de RV (gafas y guantes), moviéndome como loco sobre el estrado, si no fuese por lo serio del Congreso, ¡que leches! incluso así, la gente lo pasó genial, total, a Amparo y Fermín no les tragábamos nadie en Trafullosa S.A., eran unos bordes, unos pelotas y unos trepas.

¿Pero y si hubiese sido real?

¿Cómo afrontar estas situaciones sin ponernos en riesgo real?

¿Cómo concienciar, formar o demostrar la importancia de los procedimientos y el uso adecuado de los EPI?

La respuesta, ahora en serio, muy en serio y de la mano de esta gran empresa GA Consultores, está en la gamificación, el uso de realidad virtual, vídeos explicativos y sesiones de formación donde estemos muy lejos del peligro que sentimos tan cerca.

Gracias a Gabriel César por la experiencia y por su visión y profesionalidad.

Consejo o moraleja: El uso de tecnologías disruptivas ha de venir de la mano de expertos en su conocimiento y, hacerse en pro de la reducción de la siniestralidad laboral es un honorable motivo.

No me gustaría terminar sin citar a Norberto Afonso Pérez de ASEPEYO, compañero de estrado y ponente del Congreso que, hizo alarde y demostración de los avances en este campo que la compañía a la que representa afronta. Y me referiré como digo por sus palabras y la correcta elección a la famosa "pirámide del aprendizaje" de Edgar Dale, en la que el percentil de asimilación de aprendizaje está estrechamente relacionado con la "calidad e intensidad de la experiencia vivida" (yo voy a resumirlo así), a más intensidad más aprendizaje y más retención de este.

Gracias a Norberto y ASEPEYO también por la charla y vuestro buen hacer.

No regales tu tiempo en formación sin calidad, vive experiencias que te hagan crecer y aprender.